Psicología y problemas cardiovasculares
Siempre se ha sabido que había una relación entre el corazón y el estado emocional. De hecho, la palabra angina y la palabra angustia comparten la misma raíz proveniente del griego que significa apretar fuerte, ahogarse, estrangular.
Se ha observado en varios estudios que el estrés emocional puede disparar el infarto de miocardio así como otras patologías cardiovasculares.
Además de las variables clásicas biológicas (tabaquismo, obesidad, displemia, hipertensión, etc.) en la formación de una enfermedad cardiovascular influyen también variables psicológicas y sociales. De hecho, muchos de los nuevos casos encontrados no presentan ninguno de los factores de riesgo tradicionales.
Por otro lado, estas variables psicosociales, no sólo influyen de manera directa, sino que influyen en la aparición y mantenimiento de algunas de las conductas antes descritas como de alto riesgo (consumo de tabaco, sedentarismo, hábitos alimenticios, etc.).
El problema es que este tipo de variables psicosociales son mucho más difíciles de evaluar y definir que las bioclínicas. Su peso puede variar según el entorno cultural y su significación no es universal, sino individual.
¿Cómo afectan estas variables a nuestro organismo?
Estas variables psicosociales afectan a nuestro organismo a través de un estado de estrés mantenido, que en términos biológicos significa un estado de activación autonómica y neuroendocrina, acompañado de inhibición inmunológica y estado emocional desagradable. Todo esto de manera mantenida provoca una exagerada reactividad cardiovascular con aumento de la frecuencia cardíaca y de la tensión arterial.
Se ha relacionado el estrés crónico con la activación fisiológica que provocaría mayores niveles de arteroesclerosis coronaria y la disfunción y necrosis del endotelio, mientras que el estrés agudo podría provocar una mayor activación de la función plaquetaria y mayores niveles de hematocrito y hemoglobina, factores considerados como de riesgo para el desarrollo de alteraciones cardiovasculares.
Podemos resumir, diciendo que existen varios vínculos entre estado psicológico, reactividad fisiológica y consiguiente morbilidad cardiovascular.
¿Cuáles son estas variables psicosociales?
Patrón tipo A de Conducta
Corresponde a la conducta manifestada por aquellas personas que realizan un intenso esfuerzo por obtener objetivos escasamente definidos, con una elevada inclinación a la competitividad y persistente búsqueda de reconocimiento y prestigio. Estas personas terminan por presentar un nivel de ansiedad cronificado, así como una sensación de impaciencia y apresuramiento que se manifiesta entre otras cosas en inquietud psicomotora y una elevada entonación del habla y gesticulación.
Este patrón no es un rasgo de personalidad, sino que es un conjunto peculiar de respuestas a determinados desencadenantes que se repiten en la vida cotidiana de cada sujeto.
Ansiedad y Depresión
Estas dos patologías están muy asociadas también al estrés crónico y por tanto a la vulnerabilidad a enfermedades cardiovasculares.
Variables sociales
En general, la excesiva demanda ambiental. Este sería el elemento fundamental del riesgo psicosocial coronario. Es importante destacar que lo estresante no es la excesiva demanda ambiental por sí misma, sino la percepción de una amenaza por parte del sujeto al interpretar que la demanda excede sus recursos. Algunas de las situaciones más comunes son:
- Acontecimientos vitales estresantes: en particular los laborales y del ámbito familiar.
- Movilidad laboral y geográfica: el choque cultural.
- Apoyo social: se refiere al número de contactos sociales y la calidad de los mismos.
- Nivel socioeconómico: Existe una relación inversa entre estatus económico y prevalencia de patología cardiovascular
- Estado civil: En general, los que viven solos tienen mayor riesgo que los casados.
- Características del puesto laboral: Se ha observado que en enfermedades coronarias en personas menores de 40 años, el 91% de los casos iba precedida de alta tensión emocional asociada a la responsabilidad laboral.
Es muy importante prestar atención a estos factores psicosociales en la evaluación y manejo del riesgo cardiovascular. Si aprendemos a manejar el estrés, podremos hacer que el riesgo de padecer una enfermedad de este tipo disminuya de manera drástica.
En nuestro centro, podrás encontrar la ayuda que necesitas para aprender a manejar el estrés y tener una vida más saludable.